¿Te has puesto a pensar de qué tipo de gente estas rodeada (o)?
En lo personal podría decir que estoy rodeada de personas que sé, estarán en todo momento conmigo, desde los buenos hasta aquellos en los que me tienen que pasar una servilleta para limpiarme los mocos y las lágrimas de tanto llorar por lo mal que me siento.
En este segunda parte retomamos a nuestro personaje central, David, el Amado de Dios, quien en su juventud había derrotado a un “supergigante”; en 2 Samuel 21, a partir de versículo 15, se nos menciona que la guerra había vuelto y en esta ocasión aparecieron más “supergigantes” (o sea, muchos Goliats)
Nuestro “matagigante” es decir, David, ya no tenía fuerzas para continuar, realmente estuvo a punto de morir al enfrentarse a un nuevo gigante y es allí donde “taran taran” aparece uno de sus soldado, ¡UNO DE SUS AMIGOS! en se defensa, en su rescate, y debido a esto le dicen lo siguiente:
-“Nunca más saldrá su Majestad con nosotros a la batalla, no sea que alguien lo mate y se apague la lámpara de Israel”
¡Wow! ¿Tienes amigos así? Personas que salen en nuestra batalla para librarnos, esos son amigos verdaderos. Pero… quiero hacer un paréntesis aquí:
En ocasiones creemos que somos los “únicos” en saber desenvolver dicha acción, pero la realidad es que…. ¡NOOOOOOOOO! No es así.
Hay momentos en que nuestras fuerzas no dan más, y necesitamos ayuda, es en esas ocasiones donde debemos de mirar a nuestro alrededor y dar nuestras victorias a alguien más, COMPARTIR nuestras VICTORIAS, eso hizo el Rey David, permitió que sus soldados tuvieran éxito en su “campo de batalla”.
Hubo más batallas contra “Goliats” y de nuevo los soldados de David salieron en su nombre y trajeron victorias… Nuestro “Matagigante” no tenías más fuerzas, no quiero decir que Dios no pudiera dárselas, claro que podía, es más ¡Hasta el triple!
En nuestra vida diaria hemos visto como renueva nuestras fuerzas… pero…
¿Te has puesto a pensar que el amor de Dios también puedes librarnos de los fracasos? Su Amado David estaba pasando por una etapa vulnerable, y sé que muchos de nosotros hemos vivido algo así, nuestro Padre nos ama tanto que nos LIBRA de derrotas, pues nos prepara para grandes TRIUNFOS.
Y resumiendo todo lo que les dije, esperando no haberlos aburrido, quiero hacerles dos preguntas ¿Quiénes son tus amigos? y ¿Eres capaz de ceder tus victorias a alguien más?
Ahora si… para ya no dormirles y querer cerrar esta página, las tren enseñanzas de este hermoso relato sobre un “Matagigante”
Primera: Rodeate de personas que sean de BENDICIÓN a tu vida, que te hagan bien y edifiquen, porque solo ellas podrán estar en el momento más difícil de tu vida y sin duda alguna en los de alegrías.
Segunda: No te de pena reconocer que ya no puedes más y buscar ayuda, comparte con otros tus talentos, deja que ellos tengan éxito en nuestro “campo”. Piensa que Dios te está usando para inspirar a otros y es momento de que actúen.
Tercera: Toma en cuenta que Dios también nos protege del fracaso en aquellos momentos en los cuales nos sentimos vulnerables.
Johanna Madrigal radica en Tabasco, México y
es colaboradora editorial de Jóvenes Askenaz.
HERMOSA REFLEXION ME GUSTO MUCHO Y DOY GRACIAS A DIOS POR MIS AMIGOS QUE SON DE BENDICION Y AN ESTADO EN ESOS MOMENTOS CRUCIALES DE MI VIDA :)
ResponderEliminarMuy muy padre. Felicidades, David es mi personaje favorito después de Dios. Realmente podemos aprender mucho a través de la vida de David( Con Mefiboset, Cuando vio su pecado lo primero que hizo fue ir a Dios, etc )acias por el aporte. Ricardo Herrera
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